El sector asegurador ha querido reflejar como ha influido la situación que ha generado la pandemia en él, por medio de numerosos estudios que determinan como han evolucionado las necesidades que presentan los consumidores.
Los encuestados, en común han solicitado una mayor comunicación con las aseguradoras dados los momentos de incertidumbre que atravesamos. A su vez, dan más prioridad en cuestiones de salud, como garantizar una movilidad más segura, y muestran una mayor preocupación por la cobertura del hogar. Buscan una protección más compleja y adaptada a su situación. Es el caso de la creciente inquietud en relación a la disposición de ahorros, que puede haber generado los ERTES o despidos a los que han tenido que hacer frente algunos de los consumidores.
El teletrabajo y el creciente número de trámites on line que actualmente se realizan, también ha supuesto un recelo que se ha traducido en la demanda del usuario de proteger mejor sus datos personales. Son cuestiones que se encontraban en desarrollo y cuya evolución se ha visto acelerada por el COVID-19. A sucesos tradicionales que originan pérdidas materiales se suman nuevos que ocasionan daños más globales, por ejemplo a nivel informático.
Ante la visión por parte de los consumidores del sector asegurador como un resolutor de problemas, los cambios que ha traído consigo el virus han cambiado esa percepción por la de un medio de prevención de riesgos.
Gracias a ello, se espera que la comunicación entre aseguradora y asegurado sea mucho más satisfactoria y puedan conocerse y resolverse con mayor eficacia las necesidades de las personas.
