En los ocho primeros meses de 2020, la producción agraria que se ha asegurado ha crecido un 19%, con respecto a los mismos meses del año anterior.
En esta última década, el clima ha sido muy cambiante, épocas de fuertes tormentas y duras sequías, lo que ha hecho que los seguros agrarios se adapten y ofrezcan una buena respuesta a los agricultores frente a estos siniestros. Los agricultores necesitan tener la tranquilidad de estar protegidos frente a las posibles situaciones adversas que puedan afectar a su producción.
Por todo ello el capital asegurado se ha aumentado un 11%, ello nos indica que se continúa con la tendencia ascendente de los dos años anteriores, a lo que hay que sumar, que la superficie protegida también aumenta con respecto a años anteriores.
Esta evolución tan positiva se debe al buen comportamiento de los cultivos herbáceos, que ha aumentado el 42% en producción asegurada y 64% en superficie. El conjunto de las hortalizas también llevan una buena trayectoria, y la producción de cítricos ha confiado en el seguro agrario. Todo ello nos lleva a reafirmarnos en el título de este artículo.
Por otro lado, los seguros pecuarios crecen más lentamente, los ganaderos son más reticentes, aún con todo ello el capital de ganado asegurado ha aumentado, y los ganaderos españoles tienden a acogerse al seguro de retirada y destrucción de animales, que es lo que más gastos les puede generar si no disponen de un seguro adecuado.